En esta adaptación genial de la serie danesa, Sarah Linden no es la típica detective linda y dura que solemos ver en los policiales. Linden tiene el pelo desordenado, se pone siempre la misma ropa, y come pura comida chatarra. Y lo peor, cuando llama el deber, se olvida de que existe su hijo pequeño.



Su compañero en la policía, lejos del prototipo de galán de telenovela, es un hombre que lucha contra la adicción a las drogas. Y sin embargo, resulta un contrapeso justo para la obsesión total de Linden con su trabajo.

La estética, la fotografía, el nivel de inmersión del espectador en la historia, los diálogos, la relación entre los personajes, todo es perfecto en esta serie que es uno de los grandes aciertos de Netflix que hay que ver sí o sí.

¿Te gusta el humor inglés? Probá el humor inglés de zombis con la pareja explosiva compuesta por Simon Pegg y Nick Frost.

Pegg, que también es guionista de la película, interpreta a un treintañero que pasa todo el día en el pub, una existencia monótona que pone en riesgo la relación con su novia.



¿Es entonces cuando nuestro protagonista decide cambiar? ¿Se da cuenta de que debe ser más responsable para estar a la altura de la mujer que ama? No, ni loco. Shaun recién se despabila cuando los muertos empiezan a levantarse, en un apocalipsis zombi que, como siempre, encuentra a todos desprevenidos.


Otros datos importantes:
También pueden ver a este dúo en Hot Fuzz y en la poco conocida y muy graciosa serie Spaced.